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La princesa Latifa, hija del emir de Dubái denuncia en videos que su padre la tiene secuestrada y teme que la asesine

Cristian Antonio Cooz. – Otro drama real está teniendo como escenario la multimillonaria ciudad de Dubái, y la protagonista es la princesa Latifa, la hija del todopoderoso emir Mohammed bin Rashid Al Maktoum de 71 años, vicepresidente y Primer Ministro de esa ciudad de Emiratos Árabes Unidos.

En videos mostrados este martes 17 de febrero de 2021 por la BBC, la valiente princesa Latifa bin Mohammad al Maktoum, se tambalea en su cuarto de baño, despeinada y con una sencilla franela, habla en voz baja hacia la cámara del celular que adquirió de manera clandestina y lo cuenta todo.

Asi se le ve y escucha en los videos que divulgó la prestigiosa cadena británica.

Y lo que la princesa Latifa cuenta sentada desde la tapa del retrete, es impactante, desgarrador, pero no sorprendente. Ya es sabida la crueldad del emir contra las mujeres.

Latifa anuncia al mundo que su padre (la encarnación de la ley islámica en Dubái), la tiene prisionera en su propia casa.

Con los ojos ya secos, Latifa cuenta en los videos que está presa en esa villa desde que en 2018 intentó escapar de Dubái.

Deja ver, que aunque es una princesa de ese emirato multimillonario, su vida ha sido un calvario por las implicaciones de haber nacido mujer.

Su padre el dictatorial y machista emir Al Maktoum, la tiene retenida en una «jaula de oro» por las ideas progresistas de la princesa Latifa, que desde hace años reclama igualdad de género y derecho para las mujeres.

Para el emir, solo es una rebelde, la que posiblemente ya habría estado en una prisión de máxima seguridad, de no ser porque es su hija.

Latifa de 35 años, cuenta en estos videos, grabados durante meses, que “Estoy grabando este video desde un baño, porque es la única habitación con una puerta que puedo bloquear. (…) Soy una rehén y esta villa se ha convertido en una cárcel. Todas las ventanas están cerradas con rejas, no puedo abrir ninguna”.

“Todos los días estoy preocupada por mi vida. No sé si voy a sobrevivir a esta situación”, se lamenta la princesa Latifa.

Latifa no se rinde: Tres intentos de fuga

Ahora que la BBC ha divulgado todo el material que la princesa cautiva ha grabado en la clandestinidad de su baño, se cree que el emir de Dubái, su padre, la despojará del celular, encarcelará a quien se lo dio y la encerrará a ella en un sitio más aislado o en el peor de los casos… Latifa aparecerá muerta y se hará creer que es un suicidio, como teme la misma Latifa.

Con esta demostración de valor desesperado al grabar los videos,  Latifa ha demostrado que no se rinde en su deseo de ser libre, de ser una persona y no una «cosa» en una sociedad extremista y patriarcal como Dubái.

No es la primera vez que la princesa Latifa intenta escapar de Dubái y de su cruel padre.

La primera vez fue en 2002, a los 16 años; la segunda vez en 2011 no pasó de un plan  que tenía con un empresario francés, tenía 25 años y en 2018, alos 32 años puso en práctica su segunda fuga.

Esa última vez del 24 de febrero de 2018, casi lo logra. En esa oportunidad subió con su instructora de artes marciales, Tiina Jauhiainen, a una lancha infable y llegaron hasta un yate de bandera norteamericana.

Entre las dos mujeres había surgido una inquebrantable amistad, y por eso Tiina se arriesgó a ayudar a que su amiga la princesa Latifa rompiera las cadenas del sometimiento.

Navegaron por unos 8 días. Ya estaban casi a salvo, pero desgraciadamente frente a las costas de La India, un grupo comando de los Emiratos Árabes Unidos interceptó la embarcación y en una acción armada de las usadas contra terroristas, logró someter a las dos mujeres.

Se llevaron a la desventurada princesa Latifa y no se sabe que fue de su amiga Tiina. Desde entonces tampoco se sabía de Latifa, quien ahora en 2021 reaparece en los videos de la BBC y lo denuncia todo.

Pero el estremecedor caso de Latifa no es el único en la familia del millonario emir de Dubái, quien a sus 71 años tiene 6 esposas y unos 30 hijos.

Piden intervención de la ONU

Precisamente su sexta esposa, Haya Bint Al Hussein de Jordania, se hartó de sus malos tratos y en 2019 voló al Reino Unido, donde pidió y consiguió de las autoridades británicas, protección para ella y sus dos hijos.

El Tribunal Superior de Inglaterra determinó en ese proceso que el emir de Dubái no solo ordenó regresar por la fuerza a la princesa Latifa en 2002 y 2018, si no que antes, en el año 2000, el emir ordenó el secuestro de Shamsa, otra de sus hijas que había huido a Londres y la regresó ilegalmente a Dubái.

Amigos de Latifa, pidieron este febrero de 2021 que la ONU intervenga para que el despiadado emir de Dubái deje libre a la princesa.

Callar y obedecer al hombre

Como es sabido, en Dubái y en el resto de los Emiratos Árabes Unidos, la legislación apoya el maltrato y la discriminación de las mujeres, cuyo único derecho es callar y obedecer al hombre.

Aunque es cierto que en Dubái hay un gran número de mujeres que tienen trabajos remunerados fuera de su hogar, deben primero ser aprobados por sus maridos o padres.

Lo que no se cuenta a nivel internacional, es que ellas no manejan el dinero que ganan, si no que, sus sueldos supuestamente son entregados íntegramente al padre o al marido para que este se lo «administre» y le de algo solo solo «si se lo merece».

Es un secreto a voces que la mujer en Dubái en particular y en los Emiratos Árabes Unidos en general, deben callar y obedecer al hombre.

Si las violan… van presas

Las leyes son tan brutales en Dubái y en el resto de los Emiratos Árabes, que dejan desprotegidas a las mujeres, incluso cuando son violadas.

La legislación, en vez de aplicar el peso de la ley al violador, culpa a la mujer por delito de «zina», lo que significa, relación sexual fuera del matrimonio.

Esta ley arcaica y brutal, incita a los hombres a forzar sexualmente a las mujeres, quienes deben sufrir y callar.

Estas leyes medievales, incluso aprueban el maltrato físico por parte de los hombres a sus mujeres, a las cuales ven como propiedades, sin derecho a opinar ni pensar.

En el actual y «avanzado» Dubái del siglo XXI, esta discriminación contra las mujeres, puede incluso ocurrir a las extranjeras, tal como le pasó a la turista noruega de 24 años, Marte Deborah Dalelv, quien tras ser violada en Dubái en 2013, fue encarcelada por la «justicia» del emirato al denunciar el hecho.

Esto levantó la ira de Noruega, cuyo gobierno le prestó ayuda legal a la chica y logró que fuera liberada después de 16 meses en una celda.

Pero este no es el único caso, también en 2008,una australiana de nombre Alicia Gali, quien trabajaba en una peluquería, fue drogada y violada por sus compañeros de trabajo.

Amaneció desnuda y con algunas costillas rotas. Al denunciar la violación, increíblemente también fue presa por 8 meses por «zina», es decir, por mantener relaciones sexuales no permitidas por la ley islámica. La liberaron en 2009.

Mujeres, no vayan a Dubái

Estos casos han ocasionado que las afectadas, los familiares e incluso algunos gobiernos, no recomienden a las mujeres visitar o vivir en Dubái.

Con lo que le está sucediendo a la princesa Latifa, la verdadera naturaleza sórdida de sometimiento de las mujeres en el emirato de Dubái, que pretende ser modelo de progreso futurista, está saliendo a flote desde las ardientes arenas del desierto.

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