Cristian Antonio Cooz.-Las madres de pacientes neonatos denuncian que viven una pesadilla, pues aparte de la tribulación de tener a sus bebés hospitalizados, deben padecer situaciones indignas para cualquier ser humano por las condiciones paupérrimas de la CHET.
Las desesperadas madres denuncian que una de las cosas que sufren, es que les digan a cada momento que el personal médico no tiene medicinas ni insumos para atender a sus hijos que han tenido la desdicha de tener que permanecer internados en la Unidad de Cuidados Intensivos de la maternidad de la CHET luego de llegar al mundo en un país arruinado.
Por eso, deben echarse a la calle para conseguir lo que se necesita de cualquier manera, pues casi todas son de bajos recursos y sus familias han sido brutalmente golpeadas por la espantosa crisis que azota el país desde hace años.
Para estar atentas de sus hijos, las madres (muchas de ellas cesareadas) y los padres deben dormir en los alrededores del hospital o en sus instalaciones, que destruidas y abandonadas como están, son más un foco de infecciones y enfermedades que un lugar digno de salud.
La CHET ya parece un inútil CDI
Con lágrimas en los ojos, las madres relatan que mientras los políticos acuden a las mejores clínicas, y se llenan la boca hablando de la salud del pueblo, sus inocentes bebés sufren no solo su condición de salud, sino que esto se ve agravado porque la Ciudad Hospitalaria Dr. Enrique Tejera de Valencia, (antiguamente uno de los mejores nosocomios del país), ha sido degradado a ser tan inútil como un viejo CDI.
Entre todos «los desastres», denuncian falta de protocolos sanitarios, insumos médicos e insalubridad en el espacio dónde pernoctan.
Cuentan que por si sus hijos necesitan algo, montan vigilia en un reducido espacio de precarias condiciones donde apenas duermen tiradas en el suelo.
Un postparto terrorífico
Como ya es sabido, una mujer postparto está muy sensible desde el punto de vista físico y mental, propensas a sufrir depresiones por los severos cambios en su cuerpo, y si a eso se le suman las indignas condiciones que deben padecer en la CHET, es un postparto terrorífico, solo comparable en el mundo moderno con lo que viven las mujeres en países africanos como Sudán, Somalia o Nigeria.
Estas valientes mujeres, muchas veces tienen que pararse en la avenida Lisandro Alvarado frente a la CHET, a pedir limosna para comprar las medicinas e insumos oara sus hijitos.
Testimonios desgarradores
Uno de las padres que denunció la bizarra situación en la CHET, fue el señor Julio Guevara, quien explicó que aparte de enfrentarse a todas las indignidades para los pacientes y familiares, muchas veces son agredidos por personas de la calle con padecimientos mentales, quienes los agreden porque no hay seguridad que les impoda el ingreso al hospital.
El señor Guevara contó que él y su esposa tienen un mes y medio con el bebé en la CHET y que ha sido horroroso. «Mi esposa duerme en el piso y yo afuera del hospital porque en la Pérgola como tal no nos dejan dormir a los hombres y eso nos preocupa a los padres porque a nuestras esposas a veces les roban sus cosas», dijo.
Relató que su esposa y él deben comprar desde inyectadoras hasta yelcos afuera del hospital porque les dicen que no hay en el almacén.
Por su parte, la señora Yoselina Guevara señaló que a su hijo no le habían dado esperanzas de vida, y que aunque gracias Dios ha ido evolucionando favorablemente, ha sifo un calvario estar en el hospital por las condiciones indignas a que hab sudo sometidos.
«Si conseguimos dinero para comprar las medicinas y las cosas que nos piden para el bebé, pues no podemos comer».
Indicó que tantas personas hacinadas en un mismo espacio tan pequeño, con los problemas de preocupación por sus bebés, la falta de dinero para la comida y de paso para las medicinas, trae graves problemas de convivencia entre todos. «Es algo infernal por lo que pasamos las madres que tenemos la desdicha de tener a nuestros bebés neonatos enfermos en la CHET», dijo acongojada.
Ellas mismas compran productos para el baño
Destacó la atribulada madre, que ellas mismas deben comprar productos de limpieza para los baños y hacerlos un poco más higiénicos y evitar enfermedades. Puntualizó que la falta de agua es algo común.
Aseguró la señora Guevara que se han enterado que en el almacén central hay insumos cono jeringas, por lo menos, pero que incluso eso les dicen que no llegan a Neonatología y por eso deben comprar todo.
Piden a Dios «que esto acabe pronto»; que el gobierno mantenga dotado el hospital y arregle sus espacios para que brinde atención médica de calidad y ningún paciente (mucho menos los neonatos y sus madtes), tengan que pasar por ese infierno.