Cristian Antonio Cooz.-Este lunes 9 de diciembre, 100 turistas se encontraban visitando una isla desierta en Nueva Zelanda, cuando repentinamente, sintieron un rugido apocalíptico y con horror, vieron la monstruosa erupción del volcán Whakaari. Los turistas intentaron correr por sus vidas, pero muchos no lo lograron. Al menos 50 de ellos murieron aplastados por las rocas candentes, consumidos por la lava ardiente o «engullidos» por la espantosa nube piroplástica.
La policía cree que no hubo supervivientes, lo que implicaría la escalofriante cifra de más de 100 muertos.
Relataron algunos testigos desde las embarcaciones, que la poderosa explosión hizo temblar la isla. Antes que la asesina nube piroplástica pudiera abalanzarse sobre los sorprendidos turistas en las laderas del Whakaari, estos pudieron ver estupefactos como la sobrecogedora columna de humo (semejante al hongo de una explosión nuclear), se alzaba en el cielo «apagando el sol».
Con gritos desgarrados, todos intentaron correr hacia el mar, pero quienes lo alcanzaron, murieron ahogados o escaldados !el agua alrededor de la isla estaba hirviendo!
Estaban viendo en el interior del cráter y fueron «volatilizados»
Según testimonio de Michael Schade, uno de los turistas, su barco zarpó de la isla antes de la erupción y eso los salvó.
Así, desde la embarcación sacudida por las olas, pudieron grabar el evento natural y tragedia humana.
Contó Schade, que muchos de los turistas habían subido a la cima del Whakaari y que mientras cureoseaban hacia abajo desde el borde del cráter…!fueron volatilizados! Estos «desdichados ni se dieron cuenta de qué los mató. La explosión los sorprendió en el peor sitio», relató otra fuente.
Decenas de desaparecidos y heridos
La organización médica St John, anunció que la erupción habría causado una veintena de heridos, algunos de gravedad y muchos desaparecidos
«Esperamos quemaduras, problemas respiratorios, lesiones en la cabeza, fracturas de huesos por el impacto de rocas», entre otras lesiones, describió a la emisora Newstalk ZB el director de operaciones de St John, Norma Lane.
Los equipos de emergencia del gobierno neozelandés, tienen como prioridad el rescate de los supervivientes, según dijo la primera ministra neozelandesa, Jacinda Ardern, quien explicó además que muchos de los evacuados sufrieron quemaduras graves y fueron llevados a hospitales de la ciudad de Whakatane.
Nube piroplástica y cenizas
La sobrecogedora nube piroplástica invadió casi toda la isla, cubriéndolo todo con ceniza volcánica. Esto ha impedido el sobrevuelo de los helicópteros de rescate y de un avión Orión de reconocimiento del ejército neozelandés.
Se teme que el número de muertos aumente dramáticamente, pues son muchos desapatecidos «y pocas probabilidades de encontrarles con vida», dijo una fuente del gobierno.
La Agencia Nacional de Respuesta a Emergencia emitió una alerta ante posibles nuevas erupciones. Los geólogos no descartaron un posible movimiento sísmico que incluso, pueda generar un tsunami.