Cristian Antonio Cooz.– Los desórdenes callejeros en Estados Unidos «son impresionantes. Es como una versión más realista y siniestra de la cinta Olympo bajo fuego». Así han catalogado algunos ciudadanos los disturbios callejeros en ese país, que a decir del presidente Donald Trump, son culpa de la «izquierda radical» y a «terroristas domésticos».
El pavoroso estallido social en ese país, fue desatado por la muerte del afroamericano George Floyd (46), a manos del policía blanco Derek Chauvin durante un brutal procedimiento en Minneapolis, Minnesota el 25 de mayo.
Las imágenes del ahora expolicía Chauvin Derek, presionando su rodilla sobre el cuello de George Floyd hasta matarlo por asfixia, se hicieron virales. Los disturbios se extendieron de costa a costa.
La noche del pasado domingo 31-M los enfurecidos manifestantes prendieron fuego y colocaron barricadas en los alrededores de la Casa Blanca en Washington DC. Fueron dispersados por la policía.
Pintaron muros e incluso se atrevieron a lanzar piedras y bombas molotov contra las rejas de la sede del gobierno norteamericano.
Era «como si la Casa Blanca fuera a ser atacada (…), inconcebible», dijo un ciudadano que se alejaba del humo y los desastres.
Casa Blanca sin luz y los infiltrados
Fue tal la magnitud de los destrozos, que la Casa Blanca se quedó a oscuras por los daños al servicio eléctrico.
De inmediato Trump hubo de ser bajado a su búnker, ante un posible ataque de «terroristas infiltrados», según los protocolos de seguridad.
Trascendió que las autoridades federales estaban investigando la presunta participación de estos «infiltrados», entre quienes se señalan cubanos al servicio del gobierno comunista de la isla, así como de personas vestidas con consignas del socialismo de Venezuela, según las fuentes.
Anarquía en Nueva York
El lunes el presidente Trump anunció toque de queda en Minneapolis, Washington al tiempo que calificó lo ocurrido como algo «indigno».
En Nueva York también se extenderá el toque de queda, el primero en 80 años en laGran Manzana. La noche del lunes hubo otros saqueos e incendios.
Amenazó con sacar los militares a la calle para detener los saqueos, los disturbios y el vandalismo, los ataques y la propiedad.
Luego de su alocución del lunes, Trump se hizo presente en la iglesia episcopal de Saint John (la llamada Iglesia de los Presidentes), que fue atacada el domingo cerca de la Casa Blanca.
Con una biblia en la mano, condenó la muerte de George Floyd, pero fue firme al afirmar que detendrá a quienes quieren sembrar el caos y acabar con la democracia de Estados Unidos.
Como ya se sabe, el expolicía Chauvin Derek, fue acusado de homicidio y enviadoa una cárcel de máxima seguridad, pero esto no había detenido las manifestaciones.
La familia de la víctima, dijo que «estaban hartos de que eso (la muerte de afroamericanos a manos de la policía), siguiera ocurriendo».