Por: Cristian Antonio Cooz.-Para ganar a los depravados Nazis durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), el dictador soviético Iosif Stalin utilizó sin piedad ni estrategia al pueblo ruso en masa, incluso mandando combatientes sin armas al frente y fusilando a quienes no avanzaban hacia la muerte segura.
Esta brutal estrategia de infame superioridad numérica que incluía usar armamento de los aliados occidentales, sumado al invierno ruso, hizo con el tiempo que Moscú obtuviera la victoria, pero a un enorme coste en vidas humanas que le valían madres al todopoderoso dictador Stalin.
Por algo, la Unión Soviética perdió más de 20 millones de seres en esa espantosa contienda, cuando los países occidentales (incluso Alemania), perdieron infinitamente muchos menos en los distintos frentes de guerra.
Napoleón, Ejército Blanco y Nazis
Precisamente, para compensar su pobre destreza militar, esta es la estrategia que el dictador de turno en Moscú, Vladimir Putin, intenta revivir para derrotar a la “débil” Ucrania con masas de soldados que vayan a luchar, sin importar cuántos mueren. Putin no llama a la movilización general para guardar lo que le queda de dignidad, pero en la práctica, ya lo está haciendo.
Putin, sabiendo que eso le resultó a su adorado Iosif Stalin, intenta ahora reclutar y enviar al enfrente masas de soldados e incluso usar civiles en armas contra Ucrania, sin importar realmente cuántos mueren. El asunto es que, puede que esta vez el pueblo ruso no esté dispuesto a dejarse enviar como ganado al matadero por la ambición de un solo hombre, según creen los servicios secretos occidentales.
Como escribió este 24 de julio el analista Alejo Vidal en un análisis para el portal español Vozpópuli, “…la experiencia histórica, avalada por la derrota de Napoleón en 1812, la del ejército blanco en la Revolución de Octubre y la de los Nazis en la Segunda Guerra Mundial, demuestra que la combinación de contingentes masivos de tropas, inmensa capacidad de soportar pérdidas y brutalidad extrema con la población civil, acaban jugando a favor de Rusia”.
Para este analista, por más armamento moderno occidental que llega a Ucrania, el ejército ruso puede, con la calma de una boa constrictor, imponerse, lento, pero implacable.
Lo que olvida (con todo respeto) el señor Alejo Vidal, es que no estamos ni en 1812, ni en 1921 ni en 1945. Tampoco (por más propaganda rusa), esta vez Moscú está luchando con Nazis. El mundo, y el pueblo ruso con él, han cambiado mucho. Es dudoso que Putin logre lo que Stalin. Es dudoso que en este 2022, el pueblo ruso se deje enviar en masa al matadero por la ambición de su dictador de turno sentado en su trono del Kremlin.
Rusia usará el frío, el hambre y la migración como armas
Que Putin intentará usar masas humanas para ganar la guerra, es cierto, así como usará el hambre al evitar las exportaciones ucranianas de granos; así como usará el frío, cortando el suministro de gas a Europa durante el próximo invierno; así como usará esa misma hambre en África para provocar que masas de inmigrantes intenten llegar a su odiada Europa.
Así, el perverso Putin confía en que el tiempo y la sangre sin consideraciones del pueblo ruso le dé la victoria ante Ucrania, Europa, EE.UU y el mundo libre en general, pero, ¿está dispuesto el pueblo ruso a entregar su vida por el dictador moscovita de turno? El tiempo lo dirá.