Cristian AntonioCooz.-A punta de tiros «le quitaron» el coronavirus a un funcionario de Corea del Norte por orden expresa de su «máximo líder» Kim Jong-un.
Según la prensa de Corea del Sur, el desventurado funcionario del área de comercio, fue sacado a rastras, y en paños menores de un baño público, mientras gritaba desgarradoramente que él no estaba contagiado y que le era fiel a «su líder supremo».
«El líder supremo me salvará»
El pobre hombre presuntamente decía en su celda de castigo que su «líder supremo y piadoso lo salvaría».
Al ser puesto el caso del conocimiento de Kim Jong-un, este, sin ningún gesto humano, ordenó fusilar al fincionario, con rango de viceministro.
Al parecer, este funcionario no identificado por la prensa surcoreana, había estado recientemente en China, por lo que el dictador Kim (quien prometió tratar con ley militar el asunto del coronavirus), habia ordenado ponerlo en cuarentena en su casa.
Kim: dueño de la vida, la muerte y destructor de virus
El funcionario decidió salir a pasear violando la cuarentena. Cometió el fatal error de desobedecer la orden de su «dios» Kim Jong-un (algo impensable en el país), «amo de la vida, la muerte y destructor de virus», como últimamente le han nombrado sus rastreros generales, su corte y todo el sometido país.
Fue entonces cuando los militares lo encontraron en el baño público, lo golpearon salvajemente y lo arrestaron.
Luego (tras la orden de Kim), fue puesto en el paredón y lo descosieron a tiros para «quitarle» el coronavirus.
Curiosamente, nunca se supo si estaba contagiado o no por la enfermedad.
Alaban esfuerzos de Kim contra en coronavirus
La prensa del norte, ha alabado los esfuerzos de su máximo líder y «destructor de virus» Kim Jong-un. Según esto, es gracias a él que el letal virus no ha traspasado las fronteras de la vecina China, donde al menos hay 60 mil contagiados y 1350 muertos.
Historial de dantescas ejecuciones
El brutal régimen de Corea del Norte se ha caracterizado por ejecutar sin piedad a quienes se atrevan a desafiarlo.
Muy conocido es el caso del vicemariscal y ministro de la defensa, Hyon Yong-chol, de 65 años, quien fue fusilado con un cañón antiaéreo a inicios de mayo de 2015, bajo los cargos de «deslealtad hacia el líder» por quedarse dormido mientras Kim Jong-un daba un discurso.
Otro de los casos más dantescos conocidos, fue el del general Jang Song Thaek, tío y tutor de Kim Jong-un, quien según la prensa china y surcoreana, en diciembre de 2014, fue arrojado con cinco de sus colaboradores a una jauría de 120 perros habrientos.
El aberrante espectáculo fue presenciado por el propio Kim Jong-un, su hermano Kim Jong-Chol y 300 oficiales.
A Kim no le importó que su tío Jang SongThaek, hubiera sido el más fiel servidor de su padre y antecesor líder supremo, Kim Jong II, quien falleció repentinamente en 2011, dejando el país en manos de su sanguinario hijo.