Pablo Aure/Cristian A. Cooz.-Cinco largos y penosos días de cuarentena por el terror al mortal coronavirus que azota el mundo. Esto es, si lo quieren, como la bitácora de un venezolano, atrapado en un país sin agua, luz, comida, ni medicinas, y que ahora, para colmo, con el asedio de un virus enloquecido que quiere liquidarte.
Se unen los dias con las noches. 20 de marzo del tormentoso año 2020 del nacimiento de nuestro Señor Jesucristo.
No es sencillo saber que hoy es viernes. Hemos pasado una semana «laboral» sin laborar.
Hemos visto todo tipo de videos y escuchado cuanto mensaje nos han enviado. Un bombardeo incesante de noticias al respecto; un «notivirus» pues. No sabes qué es verdad y qué es mentira.
Las redes sociales estallan con noticias y pseudonoticias. Un galimatías interminable. Que si un amigo, de un amigo, de un tío, de un pana que es médico, dijo que el virus no es mortal, pero que estamos jodidos, o todo lo contrario. Váyanse a la m…
Venezuela con las defensas bajas y socialismo
En una Venezuela con las defensas bajas, ya el estómago rugía de hambre. Pero ahora, las tripas rugen más. Al hambre se ha añadido el condimento extra del claustro impuesto. Un encierro feroz. Y afuera, en la calle, patrullas militares y policiales se pasean como monstruos amenazantes, que pueden partirte el espinazo si te asomas.
Algunas personas de otros países nos critican mucho porque según ellos, «nunca estamos conformes» y las medidas que tomó el gobierno de Maduro son las correctas, igual que las de las demás naciones afectadas.
Y la respuesta tajante es: sí pendejos, pero no es lo mismo estar en cuarentena en Europa o en Estados Unidos, que en Venezuela, donde aparte de ser un recluso en tu propia casa, no produces dinero para comer. Cada alimento (cuando lo encuentras), cuesta «un ojo de la cara», como dice el dicho.
En esos países azotados por el covid-19, todos tienen agua, luz, comida, internet, medicinas, tapabocas, vacunas, guantes y esperanzas, nosotros… tenemos socialismo.
Como en Resident Evil
Sé a la perfección como lavarme las manos, ponerme un tapaboca y hasta diseñarlo; también aprendí cómo quitarme un guante de manera higiénica, esos guantes que jamás pensé usar.
De pana que es como sentirse en Guerra Mundial Z o Resident Evil. Como en un mundo postapocalíptico.
5 am ¿cuántos días durará esta peste? No lo sé. Pienso que será muy largo el tiempo de aislamiento. Por eso amanecí pensando en cómo dotar de provisiones la despensa. Y cómo la sobrevivirán quienes no tiene dinero para comprar. Vaya compleja que es la vida. Y yo aquí, escribiendo a la luz de los tucos de vela que aún me quedan. La desesperanza te muestra los dientes, pero uno debe hacerle la señal con el dedo medio y resistir. Vendrán tiempos mejores.
Pues bien. Me pregunto: qué y dónde comprar algo para aguantar la «pela»
Me late que pronto se elevará la desesperación.
No es fácil que pidamos calma a quién debe trabajar para producir y para comer. Encerrados quizá no se contagien del Covid-19 pero lo que si es seguro es que no se pueden alimentar.
O morir por virus chino, o morir de hambre
El encierro quizá los salve del virus chino, pero no de la hambruna. «O lo agarra el chingo o lo agarra el sin nariz», como decía la abuela Enriqueta y que básicamente es lo mismo.
¿Qué creen ustedes pueda pasar? No es dificil predecir el futuro ante esta disyuntiva: o morir infectado por el virus chino o morir por falta de alimentación, con la piel pegada a las costillas.
Las calles decidirán quien vive y quien muere. Triste realidad. La gente saldrá, no tendrán otra opción.
Los militares y policías tambien tienen familia que buscarán su alimentación.
Hoy 20 de marzo pensé en los pensionados, los abuelos, que sueñan con su pensión devaluada, pero algo es algo, muchos me dicen eso. Es poco pero tienen unos churupitos en el bolsillo. Que para nada les alcanza pero siente que tienen algo.
¿Les pagarán hoy? ¿Harán colas bajo el sol? ¿Se imaginan? Ellos, los más vulnerables haciendo cola para cobrar su pensión?
Queridos amigos: no hemos visto la llaga, no tengo absoluta duda que solo hemos observado la peladura.
La oración es más fuerte que el Átomo y que cualquier virus gilipollas
No hay que ser profeta del desastre para saber lo que puede venir. Necesitamos ser fuertes en nuestras mentes. Medir nuestras acciones y aplicar el sentido común. La gente actuará por instinto. Desafiará el destino.
Nos queda orar. Sí orar con la convicción de la fe. Necesitamos que una fuerza sobrenatural nos ayude.
Solos no podremos. Ya lo hemos dicho en el plano político.
Pocos son los que hablan de Guaidó o de su intinerato, algunos pendientes de Maduro y de sus decisiones. Pero la mayoria le importa un comino la figura de Maduro o de Guaidó. Quiere supervivir.
La oración es más fuerte que el átomo y que cualquier virus gilipollas, como dicen los españoles.
Dios nos dará la fuerza y la victoria
Cómo cambia la vida en un cerrar y abrir de ojos. Confiemos en Dios. Él nos dará la fuerza necesaria para encontrar la salida de este laberinto.
En lo pequeño y en lo grande en momentos de angustias florecen muchas cosas. Aparece la solidaridad pero también brotan miserias humanas.
Tratemos de ser solidarios. Lo que hagamos o dejemos de hacer a alguien afectará. Y sepamos muy bien que las acciones positivas siempre tendrán su recompensa (por lo general y es la que siempre espero: en la consciencia) Quien actúa mal, tengan la seguridad que tarde o trempano la factura le llegará.
Lo he visto muchas veces.
Bueno, queridos amigos ya son las 6am está a punto de amanecer, me despido con el mismo olor con el que oscureció. Ese olor a quemado porque muchos cerros de Valencia, estado Carabobo, comenzaron a arder antes del inicio de la cuarentena.
Dios nos bendiga.
Oremos por los más necesitados, por los enfermos, para alejar la plaga que azota al mundo. Oremos por Venezuela y por la reconstrucción de nuestro país.
Esto tiene que pasar…..»esto también pasará»