Cristian Antonio Cooz.-El Papa Francisco expresó este miércoles 2 de marzo “su dolor” por Ucrania, pero no habló de donativos de las arcas vaticanas para los desplazados por la guerra que sufren, ni condenó directa o indirectamente las acciones de Moscú, ni llamó invasión a la invasión de Vladimir Putin.
El Papa Francisco se dirigió a los feligreses hoy desde el suntuoso salón Pablo VI del Vaticano, donde celebró la Audiencia General. El Pontífice de Roma dijo que llamó al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski para expresarle “su dolor por el sufrimiento del pueblo ucraniano bajo los bombardeos”.
“Acompañamos a todo el pueblo que está sufriendo bajo los bombardeos, entre ellos los ancianos que están bajo tierra para defenderse. Llevamos en el corazón a este pueblo”, dijo.
Agradeció a Polonia por ofrecer todo lo necesario a los desplazados
En esta misma audiencia, el Papa Francisco dijo que agradecía a Polonia porque “fueron los primeros en apoyar a Ucrania, abriendo sus fronteras, sus corazones y las puertas de sus casas a los ucranianos que escapan de la guerra (…) les estáis ofreciendo generosamente todo lo necesario para que puedan vivir de manera digna a pesar del momento dramático”.
En las redes sociales criticaron duramente su ambigüedad de siempre, y su “resistencia diplomática” a ponerse del lado del bien, sin medias tintas ni grises, y condenar la invasión y pedir el cese de los bombardeos contra Ucrania del amo del Kremlin.
“No pedimos que sea beligerante ni que tome las armas ni nada, solo que se ponga del lado del bien, sin violencia, pero con firmeza, llamando “ladrones del Templo” a quien lo sean, con la valentía de Nuestro Señor Jesucristo, y no estar queriendo estar bien con Dios y con el diablo”, expresó bajo la lluvia de misiles uno de los soldados de Ucrania que defienden Kiev.
“Mi fraile tiene sus padres en Kiev”
Aprovechó la audiencia para recordar que el fraile que leyó en polaco durante los saludos es de Ucrania y recordó que “sus padres están en estos momentos escondidos en los refugios en un lugar de Kiev”.
Gran parte de los ucranianos (que profesan la fe de la Iglesia Ortodoxa o el Cristianismo evangélico), cree que la Iglesia Católica es un Elefante Blanco, un Dinosaurio a punto de extinción, y eso se debe a que el Papa, solo habla como un diplomático, como un príncipe desde el lujoso Vaticano, sin condenar con firmeza a quien se lo merece, ni luchar por el bien de manera clara, sin ambigüedades políticas.
El Papa instituyó para este miércoles una jornada de Ayuno y Oración para los católicos a fin de pedir por el sufrimiento de Ucrania. En un hecho que algunos catalogaron como “sin precedentes”, fue a la embajada rusa a mostrar su preocupación por la guerra. Pero no fue firme al condenar la invasión ni los actos de Vladimir Putin contra el pueblo de Ucrania al cual están masacrando.
Las divisiones blindadas del Papa
Cada día crece el número de quienes creen que la Iglesia Católica de Roma, es algo completamente inútil porque siempre se pone del lado equivocado de la historia. Como dato curioso, fue el mismo dictador ruso Iosif Stalin, quien en la Segunda Guerra Mundial, advirtió con curiosidad cuando le sugirieron buscara apoyo del Papa de Roma en la lucha contra los alemanes, que “con qué puede ayudarnos el Papa, ¿cuántas divisiones blindadas tiene?”.
Con esta frase mordaz, el cruel líder soviético se refería a que el Papa no podía ayudarlos de forma militar, pero tampoco moral, dado que nunca condenó frontal y claramente las actividades Nazis y su guerra contra la humanidad.
Hay quienes piensan, que en este Siglo XXI, la Iglesia Católica de Roma debe cambiar su discurso ambiguo, acomodaticio, para condenar frontalmente, sin ambigüedades ni politiquería a quienes hacen la maldad en el mundo, sean quienes sean, como verdaderos defensores de la verdad y la justicia, o de lo contrario, el papado se dirige a la extinción.
Comienza la Cuaresma
Las críticas a la postura del Papa Francisco coinciden con el inicio de este mismo Miércoles de Ceniza, el tiempo litúrgico de la Cuaresma, que por espacio de 40 días de oración y limosna, se preparan los católicos para la Semana Santa, en la que se reviven los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.
En esta cuaresma, los católicos llaman a trabajar en el espíritu, en la conversión personal, exhortación que durante la imposición de cenizas, expresa el celebrante con las palabras: “Convertíos y creed en el Evangelio”.