Cristian Antonio Cooz.-Lo que dijo el presidente de Ucrania Volodímir Zelensky, parece ser algo real. “Es cuestión de tiempo” para que los misiles de Putin comiencen a caer sobre las casas de la gente de los países miembros de la OTAN.
Esto parece confirmarse con el ataque ruso de este domingo 13 de marzo contra una gran base militar en la ciudad de Lviv, al oeste de Ucrania, y solo a poco más de una veintena de kilómetros de la frontera con Polonia, país este miembro de la Alianza Atlántica.
En días pasados Putin había amenazado con destruir convoyes de suministros de armas a Ucrania y los marcó como “objetivos legales”, por lo que se cree que el ataque a esta base militar de Lviv, donde murieron al menos 35 personas y más de un centenar resultó herido, responde a esta amenaza.
A pocos kilómetros de la Tercera Guerra Mundial
Mientras tanto, la OTAN iniciará este lunes 14 de marzo en Noruega los ejercicios militares “Cold Response” (Respuesta fría), para afinar sus armas. Este ejercicio donde participan 30 mil soldados, 200 aviones y unos 50 buques de guerra, ya estaba programado, pero, no hay que ser un estratega para verlo como una preparación para un posible enfrentamiento con las tropas de Putin.
El Portaaviones del Reino Unido HMS Prince of Wales (Príncipe de Gales) y su Grupo de Batalla coordinarán las operaciones del ejercicio “Cold Response” en Noruega donde participan 28 naciones aliadas hasta el 1 de abril.
Se cree que una andanada de al menos 30 misiles rusos cayeron sobre Lviv y que un error de cálculo (o una acción adrede) que los hiciera caer sobre las líneas de la OTAN en Polonia, movilizaría a toda la alianza y a Estados Unidos para honrar el artículo 5to que reza básicamente que un ataque a un estado miembro, es un ataque contra todos.
Expertos militares saben que si misiles caen en Polonia o en otro país miembro de la OTAN, se prenderá un enfrentamiento abierto entre la Alianza Atlántica y Rusia, lo que podría degenerar en la Tercera Guerra Mundial como lo ha dicho el mismo presidente de estados Unidos Joe Biden.
¿Quiere “Putin el Terrible” arrastrar a la OTAN a un enfrentamiento abierto?
Esta interrogante es difícil de responder para los analistas militares y de la geopolítica, dado que nadie sabe qué pasa en la cabeza de Vladimir “Putin el Terrible”, como se le ha llamado o el nuevo Zar de Moscú para compararlo con el primer Zar de Rusia, el cruel y despiadado Iván El Terrible (1530-1584).
Lo cierto es que de producirse un ataque a un país miembro de la OTAN, estos se verían en la imperiosa necesidad de responder al fuego y toda la potencia OTAN y de EE.UU, sería mucho para Putin, quien a la fecha, no ha podido doblegar a Ucrania que está luchando sola.
Basado en eso, “Putin el Terrible”, cansado, desequilibrado y furioso por la humillación que le inflige Ucrania y que seguramente le infligiría la OTAN, optaría por abrir las puertas del infierno con una conflagración nuclear.
Aunque este escenario, que sería “La Suma de todos los miedos”, podría no ocurrir, pero la OTAN detendría a las fuerzas convencionales de Putin comprometidas en Ucrania. Este sería uno de los escenarios más “amables” para la humanidad y Europa.
De “Cold Response” a “Hot Response”
Como ya se mencionó, en el ejercicio militar de la OTAN “Cold Response” que iniciará este lunes 14 de marzo y durará hasta el venidero 1 de abril, es un “encuentro totalmente natural, ahora más que nunca, entrenarse juntos para mostrar nuestra capacidad y nuestra voluntad de defender los valores y nuestro modo de vida”, dijo el general Yngve Odlo, comandante del despliegue.
Las armas de la OTAN serán probadas en “Cold Response” y sus tropas podrán curtirse en “combates por tierra, mar y aire a temperaturas glaciales”, como ha dicho la OTAN. El gobierno Noruego y el alto mando de la OTAN, ha negado que “Cold Response” se realice por la invasión de Putin a Ucrania, aunque en estos casos, son comunes las negaciones de este calibre aunque sea muy evidente el propósito.
Noruega tiene más de 190 kilómetros de frontera con Rusia en el Ártico y es justo en esa zona, en la Península de Kola, donde fondea la poderosa flota rusa del Norte. Suecia y Finlandia (a quienes Putin amenazó de no entrar a la OTAN), participan también del Ejercicio, que según expertos militares, dejaría de llamarse “Cold Response” para pasar a ser “Hot Response” (Respuesta caliente) si es que Putin se atreve a atacar a cualquier país miembro de la OTAN.
