Cristian Antonio Cooz.-“Rusia no es la dueña del Mar Negro y mucho menos de la Isla de las Serpientes pese a que la ocupa temporalmente”, según han afirmado fuentes de Ucrania luego que se confirmara que había sido hundido con misiles el remolcador de rescate ruso Vasily Bekh cuando se dirigía al mencionado islote con suministro de armas y tropas.
El Vasily Bekh fue destruido por misiles de Ucrania (supuestamente Harpoon de fabricación norteamericana) el pasado viernes 17 de junio y al menos 10 de sus ocupantes murieron en el ataque, mientras que otra veintena fue herida y rescatada luego por la armada rusa.
El Ministerio de Defensa de Ucrania confirmó el hecho de guerra por medio de su cuenta oficial en la red social twitter, anunciando que el remolcador transportaba tropas, armas y municiones a la disputada isla invadida por Rusia desde el inicio de la guerra y donde las tropas de Ucrania protagonizaron el famoso acto de desafío a Moscú al mandar “a la mie*da” al crucero Moscú que les exigía la rendición, pero que más tarde sería también hundido.
El Bekh duerme con el Moskva
“El Spasatel Vasily Bekh, el remolcador de la flota rusa del Mar Negro, ha sido desmantelado (hundido) con éxito por la @UA_NAVY. El buque transportaba personal, armas y municiones a la isla de la Serpiente ocupada. El Moskva (el buque insignia de Rusia) nunca estará solo…”.
Ucrania también mostró el video del hundimiento del Vasily Bekh en las redes sociales. Este video fue grabado por un dron Bayraktar TB2 donde se aprecia claramente como el buque vuela en pedazos tras el impacto de al menos dos misiles antibuque.
Aunque parece que un simple remolcador de rescate no es una baja importante para la armada rusa, expertos militares opinan que este tipo de buques son piezas claves para mantener la cadena de suministro a las tropas rusas que ocupan la isla de Las Serpientes.
Rusia no quiere exponer sus buques grandes
Analistas opinan que los barcos remolcadores como el Vasily Bekh son usados por el comando ruso para no exponer buques de suministros mayores ni sus preciosos barcos de guerra, por los que estos “barquitos” son enviados a arriesgarse solos, sin apoyo naval ni aéreo adecuado.
Si Ucrania, que ya posee misiles antibuque Harpoon norteamericanos y Brimstone británicos, aparte de los Neptune de fabricación propia, logra quebrar la cadena de suministros rusa a la isla de las Serpientes, podría ser cuestión de tiempo para que Kiev puede llevar a cabo una operación para retomarla y echar los rusos al mar.
Con los misiles Harpoon, Brimstone y Neptune, desde la costa de Odesa, Ucrania puede hundir cualquier buque ruso que se atreva a ponerse a su alcance. Ese escudo es el que ha impedido un posible desembarco ruso y el que podría usarse para proteger a las tropas que posiblemente retomen la isla de las Serpientes.