Cristian Antonio Cooz/Créditos Infografía: A quien corresponda.-Aunque algunos analistas occidentales, e incluso prorrusos pensaban que la batalla por la ciudad de Jersón al sur de Ucrania sería una nueva y sangrienta Batalla de Stalingrado (1942-1943) o que por lo menos, si había retirada rusa, tardaría algunas semanas… se equivocaron en redondo, porque los rusos sí se largaron, y con tal velocidad “como si compitieran en un triatlón”.
El ministerio de defensa ruso confirmó que a las 5 de la mañana de este viernes 11 de noviembre, terminaron de retirarse sus tropas desde la margen occidental del río Dniéper que divide en dos a la región ucraniana de Jersón.
“El ejército ruso abandona los campos de batalla en modo triatlón: carrera de obstáculos, salto de longitud y natación”, escribió con sarcasmo y alegría en su cuenta twitter @AndriyYermak Andriy Yermak, asesor de la oficina presidencia de Ucrania.
Las tropas ucranianas izaron ya su bandera en la ciudad de Jersón, capital de la región homónima. Muchos videos fueron subidos a las redes sociales donde se aprecia a la población abrazando a los “libertadores ucranianos”.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelensky y sus generales, temían que los rusos se atrincheraran y lucharan en Jersón, haciendo como que se retiraban para tenderles una emboscada, pero no fue así; de verdad se largaron.
Tras dejar de lado los temores por una posible trampa rusa en Jersón, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski, dijo este mismo viernes que “!Hoy es un día histórico! Estamos recuperando Jersón”. Zelenski detalló que las Fuerzas Especiales de Ucrania ya estaban en la ciudad y que el resto se dirigía pa4ra la toma total luego de la desbandada rusa.
Abandonan armas en su retirada
Aunque Moscú insistió en que todas las armas fueron retiradas de Jersón, fuentes ucranianas informaron que los rusos dejaron atrás armas y equipos militares. Esta aseveración fue confirmada por usuarios rusos de Telegram, quienes se quejaron amargamente de esto y pidieron castigo para los responsables.
Al parecer, a los rusos en su desbandada, dejaron atrás vehículos blindados Tifón; transportes de tropas blindados BMP-1; lanzadores múltiples MLS “Grad” y hasta Tanques T90M modernizados y otras armas.
Previamente, para justificar la desbandada, el comandante de la invasión a Ucrania, el cruel general Serguéi Surovikin (también conocido como “el carnicero de Siria” o “el perro rabioso de Putin”), se montó una especie de obra de teatro televisada donde explica al ministro de Defensa Serguéi Shoigú, que el repliegue era necesario en aras de la estrategia y para “cuidar la vida de los soldados”.
Se consuelan con la gloria de Kutúzov ante Napoleón
En Rusia, no todos se creyeron este cuento, pero algunos, los más enfebrecidos fanáticos de Putin, como el propagandista Vladimir Solovyov, tildaron al general Surovikin de “valiente” por tomar tan dura decisión estratégica.
En redes sociales, los defensores de Putin incluso comparan a Surovikin, con la genialidad militar del príncipe Mijáil Kutúzov, quien aunque perdió contra Napoleón en la batalla de Borodinó de 1812, derrotó al final al emperador francés y a su poderosa Grandé Armée con su estrategia de repliegue y tierra quemada.
En Europa y EE.UU, no creen que Surovikin (también llamado General Apocalipsis) tenga precisamente la genialidad de Kutúzov, y que lo que ha pasado en Jersón, es una burda retirada ante el empuje del ejército ucraniano y las armas occidentales.