Cristian Antonio Cooz._Más de 68 muertos y decenas de heridos, habría dejado un apocalíptico motín ocurrido este miércoles de Semana Santa en los calabozos de la Comandancia General de la Policarabobo ubicada en la avenida Navas Spínolas de valencia.
Esta escalofriante cifra fue conocida de manera extraoficial dado que las autoridades mantenían total mutismo hasta horas de la noche del miércoles. Fueron los aterrorizados familiares de los detenidos que acudieron a Policarabobo desde las 6:00 de la mañana, quienes al saber que se había desencadenado el infierno en esas instalaciones, dieron a conocer esta aterradora cuantificación de supuestas víctimas, entre las cuales e encontrarían dos mujeres que estaban de visita, una de ellas supuestamente embarazada.
Presuntamente la mortandad habría sido tan dantesca, que es calificada ya como una de las peores tragedias ocurridas en los anales de los centros de detención de la entidad carabobeña, mucho peor que la masacre de la cárcel de Uribana en Barquisimeto, ocurrida en enero de 2013.
En el sitio, pudo observarse gran cantidad familiares que clamaban por conocer noticias de sus seres queridos, pero que lo único que escuchaban, era escalofriantes gritos, tiros y humo espeso que, como una mortaja provenía del interior de la comandancia de Policarabobo.
Los aterrorizados familiares terminaron de entrar en pánico cuando vieron llegar ambulancias y se abalanzaron sobre médico y paramédicos, a quienes escucharon decir que supuestamente “solicitaban apoyo, porque había muchos tiroteados y calcinados”, relató una atribulada mujer que no quiso ser identificada.
Movidos por la brutal desesperación, la multitud frente a la comandancia intentó penetrar al reciento con un clamor espantoso, pero fueron repelidos con gases lacrimógenos y disparos de perdigones por parte de los funcionarios policiales, según denunciaron los presentes. La situación se tornó entonces más caótica.
Al parecer el infierno se desató cuando se produjo un enfrentamiento entre los reclusos y estos lograron desarmar a un funcionario, desencadenando un atroz tiroteo y posterior incendio. Las llamas arroparon a decenas de presos hacinados en los calabozos de Policarabobo y a otros lo había asfixiado mientras trataban inútilmente de escapar de ese diabólico torbellino de muerte. Los policías lograron abrir un boquete en las paredes, pero solo lograron salvar a unos pocos y ver morir a decenas entre gritos dantescos y desgarradores que se grabarían para siempre en la mente de quienes los escucharon.
Agresión a periodistas
Mientras la tragedia transcurría intramuros de la comandancia, afuera, según el Colegio Nacional de Periodistas, los funcionarios no solo atacaron a los familiares que querían saber qué estaba sucediendo, sino que además, agredieron a los periodistas que estaban haciendo su trabajo de informar.
Hubo denuncia de casos donde incluso lo funcionarios policiales intentaron quitarle la cámara a la periodista Ruth Lara Castillo e hicieron borrar fotos de sus cámaras fotográficas a reporteros gráficos como Gabriel León y Juan Carlos Hernández. La presunta acción de los funcionarios contra los comunicadores sociales, generó más confusión, por lo que la supuesta cifra extraoficial de muertos y heridos, no había podido ser confirmada.
Al caer la noche, los familiares aun se mantenían en los alrededores de Policarabobo y suplicaban la presencia del Gobernador de la entidad y de las autoridades nacionales.
Por su parte, Carlos Nieto, Presidente de la ONG Una Ventana a la Libertad, aseveró que los calabozos de Policarabobo tienen capacidad para 40 reclusos, pero que había más de 100 en cada uno de ellos. Detacó que eso ocurre en todas las comisarías del país, donde eiste un espantoso hacinamiento del 300%.