Cristian Antonio Cooz.-Las humillaciones sufridas por el ejército ruso de Putin a manos de los ucranianos desde que Moscú decidió invadir Ucrania el 24 de febrero, no han sido pocas, al punto que en las redes sociales son el hazmerreír y en la propia Madre Rusia hay voces que piden la cabeza de Putin por “incompetente”.
Así que, ante la contraofensiva ucraniana en Járkov al norte, y Kherson al sur, Putin busca desesperadamente una victoria para salvar la cara y su objetivo elegido sería…Odesa. Parece increíble, pero es lógico. Putin no solo no logró tomar Kiev, la capital de Ucrania al inicio de la invasión, sino que todo el terreno que tomaron sus tropas desde entonces, lo han ido perdiendo progresivamente con grandes bajas que han dejado al “poderoso” ejército ruso en ridículo.
Esta segunda semana de septiembre, con la contraofensiva ucraniana obligando a los rusos a salir pitando de más de 6.000km² (cifras de Volodímyr Zelensky) en la región de Járkov, Putin ha querido salvar las apariencias ordenando a sus generalotes que digan que “no es una retirada, sino un redespliegue”, aunque que todos saben es un eufemismo para indicar que “se las partieron”.
Conservar Kherson para atacar Odesa
El descalabro de la “superpotencia” rusa es tal que la misma retirada de Járkov ha sido una desbandada, por lo que en Moscú, hay políticos en la Duma rusa (parlamento) que se le han alzado a Putin y en un acto antes inimaginable, piden como mínimo, la guerra total, y no una ridícula “operación especial” como el dictador quiso hacer ver su invasión de Ucrania.
En este escenario, Putin ha reunido a sus generales y les ha exigido con fría amenaza serpentina, un plan de operaciones para obtener una victoria indiscutible y rápida, y de paso, con las tropas de que se disponen pa5ra este septiembre-octubre de 2022. NO le importa si es factible o no, eso es problema de sus generales, él solo quiere resultados.
Aterrados, a los generales rusos no se les ha ocurrido otra cosa más que hacer un plan para invadir la portuaria ciudad de Odesa desde tierra, mar y aire, lo que privaría a Ucrania de la única salida al mar que le queda, y quizás, seguir avanzando hasta anexarse transnistria y Moldavia entera.
Para llevar a cabo este audaz (o loco) plan de operaciones, es indispensable conservar Kherson (la puerta de Crimea) donde las tropas de Kiev llevan a cabo la contraofensiva sur. Si cae Kherson en manos ucranianas, Putin se quedará con los crespos hechos. Si los rusos la fortifican con más tropas (posiblemente el III Cuerpo de Ejército y otras unidades) y repelen la contraofensiva de Kiev, estaría establecido en posterior avance sobre Odesa.
Ucrania defenderá Odesa con su vida
Este avance sobre Odesa, Putin habría ordenado llevarlo a cabo con centenares de carros de combate, blindados, artillería e infantería, pero además, la hasta ahora “tímida” fuerza aérea rusa sería lanzada toda contra la ciudad portuaria. Además de eso, Putin habría ordenado desembarcos anfibios protegidos por la hasta ahora temerosa marina rusa.
A los capitanes de la armada rusa no les hace gracia esta parte del plan porque saben que perderán muchas unidades por culpa de los misiles antibuque Harpoon suministrados por estados Unidos a Kiev, por sistemas de misiles Saab RBS-17 suministrados por Suecia y hasta los Neptune de fabricación Nacional. Los almirantes rusos no se olvidan del Moskva, hundido el 14 de abril.
Con este cuadro de ataque, Putin pretende tomar Odesa, arrodillar a Ucrania y recuperar su prestigio maltrecho en el exterior y en su propio país. De llevarse a cabo este ataque, y perder, Putin se arriesga a perder su poder; de ganar, se erigiría ante los suyos como el Gran Zar de la Madre Rusia y estaría a tiro de restaurar el imperio Soviético, que a fin de cuentas, es lo que ha pretendido siempre.
Lo cierto es que Ucrania no se la pondrá fácil. Ucrania seguirá luchando contra la tiranía de Putin, el heredero espiritual y político del sanguinario Iosif Stalin, quien asesinó a millones de personas durante su dictadura, muchos de ellos ucranianos, aniquilados por hambre en el genocidio de Holodomor entre 1932 y 1934. Ucrania no se rendirá.