¡Mundo loco! Tatyana, la gorda rusa que asesinó a su marido asfixiándolo con sus nalgas y con sonoras flatulencias

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Cristian Antonio Cooz. – Una mujer rusa muy gorda llamada Tatyana asesinó a su marido, asfixiándolo con el poder constrictor y el peso aplastante de sus enormes nalgas y con sonoras flatulencias mientras ambos se encontraban intoxicados con vodka.

Este asombroso y atroz caso ocurrió en una remota ciudad llamada Novokuznetz, al extremo oriente de Rusia, en la frontera con Mongolia.

Según se supo, la mujer gorda de unos 101 kilos de peso identificada como Tatyana O, de 45 años de edad, se había bebido  2 botellas de vodka con su marido Aidar.

Lo ahogó con peso y pedos

Cuando ambos estaban borrados de la borrachera, comenzaron a discutir furiosamente, porque al parecer, Aidar le decía gorda y ella le recriminaba que él era «impotente y frío como las estepas siberianas».

La hija de Aidar quien ya estaba acostumbrada a las asquerosas borracheras y consecutivas peleas de su papá y su mujer Tatyana, había escuchado la discusión, pero prefirió no entrar al cuarto. Al contrario, salió de la casa.

Adentro en la habitación, Aidar estaba indefenso, casi desmayado por tanto vodka y se echó a la cama boca arriba, mandando callar a Tatyana.

La gorda rusa quiso vengarse, así que se desnudó y aunque parezca una tragicomedia vulgar… no lo fue.

Tatyana le montó el trasero en plena cara al pobre Aidar, quien al hundir la nariz entre las dos nalgas, intentó defenderse inútilmente. Con bizarro sadismo, Tatyana le gritaba «¡Te lo mereces! ¡Te lo mereces!», mientras le restreggaba las nalgas en la cara y le soltaba sonoras flatulencias., mientras reía desquiciada.

Aidar trató con todas sus fuerzas de quitarse de encima las nalgas de Tatyana, pero borracho como estaba, fue asfixiado con «peso y pedos de su enloquecida mujer», como declaró luego un tal señor Pávlov, un vecino de la pareja.

Luego de varios minutos en esa posición, Tatyana sintió como los brazos de Aidar se hacían laxos, sus gritos ahogados habían cesado, ya no luchaban y sus piernas se es tiraron como en un último estertor hasta quedarse muy quieto.

«Estaba como azul»

Tatyana se asustó. Se bajó de la cara de Aidar y trató de reanimarlo, pero estaba como azul, cianótico ¡Estaba muerto!

Fue entonces que Tatyana comprendió. Lo que parecía un bizarro juego de borracho sadomasoquismo, se había convertido en una horrorosa tragedia. Ella había asesinado a su marido usando sus nalgas.

Asustada, lo volteó boca abajo en su desesperación y así, consiguió su hija a su padre Aidar, para luego llamar a la policía.

Familia apelará la corta sentencia

Tatyana fue llevada por la policía y un juez le retiró el cargo de asesinato intencional por el de muerte por negligencia, por lo que fue condenada sólo a pagar 18 meses de trabajo comunitario, una multa de 206.000 rublos rusos (2800 dólares americanos) por concepto de «daños morales».

A la familia de Aidar no le bastó esa sentencia, por lo que dijeron que apelarían. Una comisión de investigación apoyó está posición y aseguraron que podrían acusar por asesinato intencional a Tatyana por matar a su marido con sus propias nalgas.