Alejandro González: El drama de los polimetales suecos, los sin techo y la solución para Arica

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Por: Cristian Antonio Cooz.-Eliminar los polimetales suecos que están enterrados o almacenados y que contaminan la tierra de Arica, Chile, beneficiaría no sólo a los tomistas de terrenos de Bienes Nacionales que quedaron sin trabajo y casas a causa de la pandemia de Covid-19, sino también a todos los ariqueños.

Así lo dijo Alejandro González, activista y luchador social de Arica, quien insistió en que «lo más efectivo para acabar con este grave problema medioambiental que afecta la salud y varios aspectos de la vida  de los ariqueños desde hace décadas, es ubicar los emplazamientos de los metales pesados, para erradicarlos de una vez por todas, ya sea por procedimiento de repatriación a Suecia, de donde proceden, o por otros medios».

Recordó que ya en el pasado, Suecia ha anunciado estar dispuesta a limpiar los residuos tóxicos vertidos en Arica en la década del 80 y 90 del siglo XX, si Chile lo solicitaba, por lo que cree que ya llegó la hora de hacer esa solicitud. 

«Es hora de que todos los ariqueños, que somos los afectados, apoyados por el gobierno nacional, hagamos seriamente esta solicitud al gobierno sueco para terminar con este cuento de nunca acabar», mencionó Alejandro González, quien representa las agrupaciones de Emprendedores de Quebrada Encantada; Toma Altos de Pampa Ossa; Industriales 3; Industriales 4; Agrupación Haylli (Canto de Triunfo en Aymara); Agrupación Los Peregrinos; Comité Fuerza de Villa Solar; así como la Organización O.F.R.A (Familia Rastafari de Arica y Población Afrodescendiente.

Beneficios para todos

Aclaró Alejandro González que «no sólo estoy hablando en nombre de quienes hemos ocupado terrenos de Bienes Nacionales para querer tener un techo propio, sino también en nombre de los miles de ariqueños que han solicitado y esperan una solución habitacional desde hace muchos años», dijo.

Destacó que ya el gobierno del presidente Piñera ha prometido compensación, atención de salud especializada y traslado a nuevas casas a las familias contaminadas por metales pesados, pero que el problema de fondo persiste y «la única solución es eliminar para siempre los focos de polimetales en Arica, para poder sembrar y construir casas con seguridad», recalcó González. 

Los metales pesados ponen en riesgo la salud y la vida de los habitantes de Arica tal como lo demuestran los estudios de suelo realizados hasta la fecha. Por lo que González recalcó que todos los involucrados contra los polimetales y sus efectos nocivos en Arica, buscan lo mismo: la reparación de toda una ciudad y la unión de todas las personas del Valle de Azapa y de toda Arica, para construir una ciudad ejemplo en Latinoamérica y el mundo.

Alejandro González cita la opinión experta del profesor Andrei Tchernitchin, especialista en metales pesados del Cenma (Centro Nacional del Medio Ambiente de Chile), quien explicó que entre los años 80 y 90 del siglo pasado, la empresa Promel, dejó abandonados más de 1 millón de toneladas de polimetales.

“Es escandalosa la cifra de 1 millón de toneladas de Plomo, arsénico y otros contaminantes en sitios como Copaquilla y la quebrada de San José donde las muestras indican que la presencia de polimetales es superior a la norma”, citó González al profesor Andrei Tchernitchin.

«En el agua del Valle de Azapa, el muestreo indica la presencia de casi 100 microgramos de arsénico por litro, cuando lo normal sería de 10 microgramos por litro”, explicó el activista y luchador social.

Temen que napas subterráneas puedan contaminarse

«El profesor Tchernitchin ya ha advertido que esto va contaminando progresivamente todo el Valle de Azapa, lo que va a afectar la salud de los habitantes y también la economía», recordó González.

Destacó González que en el Valle de Azapa se siembra y que los productos de la tierra no sólo se consumen en Arica, sino que van a todo Chile y se exportan a otros países.

«Si las napas subterráneas se contaminan, sería una catástrofe nacional. Habría muchos problemas de salud, sin contar con que ya ningún producto agrícola podría ser exportado ni consumido en el país. Eso acabaría con la economía de Arica y de toda la región», dijo.

Puntualizó González que la única forma de evitar ese panorama catastrófico, «es eliminar de una vez por todas los focos de polimetales, por lo que debemos solicitar ayuda a Suecia, tomando en cuenta que de ahí proceden los Polimetales abandonados por la ya extinta empresa minera chilena, Promel».

Es la hora de “desfacer agravios y enderezar entuertos”

El activista y luchador social ariqueño, Alejandro González, cree que “llegó la hora de hacer las cosas bien hechas para Suecia, el Gobierno Chileno y para nosotros como ciudadanos de este país. Suecia debe participar para la erradicación total de los polimetales que a fin de cuentas son sus desechos, y que la ya extinta empresa Promel chilena, depositó en Arica en los años 80 y 90 del siglo XX por medio de un contrato con compañías suecas. Esto hará que Suecia pueda resarcir los daos ambientales y humanos y verse como un ejemplo ante el mundo”.

“Por su parte, el Gobierno de Chile tiene la oportunidad de “Desfacer agravios y enderezar entuertos”, como lo expresa Don Quijote en la obra de Cervantes. Todos los ariqueños que no poseen casa o se quedaron sin techo a raíz de la pandemia de Covid-19, podrían postular y hacer realidad el sueño de un techo propio, que podría ser construido en estas tierras previamente saneadas al retiro de los metales pesados suecos que las contaminan”

“Con esta acción, que sí, lógicamente requeriría de miles de millones de pesos, Arica tendría otra cara, viviendas hermosas en centros urbanos bien planificados, lo que haría crecer a la ciudad de manera notable y reactivaría su economía. Esto, a la vez, aleja el fantasma de los cinturones de miseria como lo son las llamadas chabolas en España, favelas en Brasil o ranchos en Venezuela. Arica estaría en ritmo de convertirse en una ciudad de primer orden con estándares de los países desarrollados. El gobierno que haga esto, sería reconocido como el CONSTRUCTOR de una nueva Arica y el DEFENSOR de los Derechos humanos de su gente”, expresó Alejandro González.

“No pedimos nada regalado”

Dijo Alejandro González que a su vez, los ciudadanos deben poner de su parte. “No pedimos nada regalado. Solo queremos un techo para vivir y estamos dispuestos a pagarlo en cuotas con los beneficios propios de ser ciudadanos chilenos. Es sabido que hay un déficit de viviendas en Arica y que para que esto sea viable, lo primero es eliminar los polimetales. Luego el gobierno puede hacer un estricto censo para determinar y asignar las casas. Esto no solo beneficiaría los tomistas de los terrenos de Bienes Nacionales, sino a quienes llevan muchos años postulando a una solución habitacional sin conseguirlo”.

Alejandro González se refirió a los problemas que padecen los habitantes de sectores como Cerro Chuño, Quebrada Encantada y otras zonas de terrenos tomados, “quienes han enfrentado recientemente desalojos forzados, o privación de servicios como el agua, electricidad, recolección de basura, entre otros. 

Abogada Daniela Flores: se evitó desalojo en Corte de Apelaciones

Por su parte, la abogada Daniela Flores de la Universidad de Tarapacá, magister en criminología y ejecución penal de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, España, quien ha dedicado su carrera a trabajar por los derechos humanos, destacó que hoy por hoy estaba trabajando en evitar los deslojos en plena pandemia y “en lo que pasó en cerro Chuño, Arica, vimos grandes vulneraciones a los DD.HH. Los tenían sin agua, sin poder comprar mercadería, encerrados por personal policial a través de cierres perimetrales y mintiéndoles que era un retiro voluntario, cuando en realidad era un desalojo. Sin ninguna orden, sin ningún decreto, por lo que interpusimos un recurso de protección ante la Corte de Apelaciones y se dictó orden de No Innovar para paralizar los desalojos. Esa ha sido la labor de nosotros, evitando que se esté abusando de la vulnerabilidad de la gente en esta crisis económica y habitacional, ya que es el Estado quien no se ha hecho cargo”, dijo la jurista. 

“Creemos que la solución no pasa por desalojos; insisto en que la solución pasa por pedir a Suecia que con ayuda del gobierno Chileno eliminen los polimetales de Arica, para luego, establecer un gran proyecto de construcción de hogares para quienes no lo tienen. Esto engrandecerá a Arica, la hará más bella, vivible y más justa, pues se estarían respetando los derechos de las personas a tener un sitio digno para vivir y progresar en paz”.

Para finalizar, el activista Alejandro González insistió en que “es de suma urgencia que el gobierno chileno solicite al gobierno sueco, la eliminación total de los polimetales que contaminan Arica y no le han permitido avanzar hasta ser todo lo grande que está destina da a ser”.

“Queremos reunirnos con las autoridades suecas, y explicarles que se ha formado un movimiento 100% del pueblo, que quiere acabar de una vez por todas con la pesadilla de los polimetales en nuestra querida Arica”.