Cagayán de Oro, Filipinas: presidente Duterte ordena a sus militares ¡matar ya! a guerrilleros comunistas

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Cristian Antonio Cooz. – El polémico presidente de las islas Filipinas, Rodrigo Duterte, dijo a sus militares y policías, que no tuvieran piedad con los guerrilleros comunistas de esa nación isleña del Océano Pacífico: «¡Mátenlos ya!», fue la lapidaria y tajante orden.

Esta escandalosa orden de Duterte, la dio desde Cagayán de Oro, una de las ciudades más importantes de la isla Mindanao, la segunda más grande del archipiélago filipino.

Fue durante una reunión con el grupo de trabajo ELCAC (para acabar con el conflicto armado en su país), que Duterte instó a su ejército y policía, que» se olviden de los derechos humanos» porque él asume toda la responsabilidad y de ser necesario, iría a la cárcel.

«Remátenlos si están vivos»

Ordenó a sus tropas a «disparar y acabar de inmediato contra esos bandidos sin ninguna ideología».

«¡Mátenlos de inmediato! […] Asegúrense de matarlos de verdad y acaben con ellos si están vivos”, dijo el enfurecido Duterte.

Aseveró que: “No tengo ningún reparo en hacer las cosas que tenga que hacer”, señaló pidiendo a las fuerzas de seguridad “que se olviden de los derechos humanos”.

Violan, incendian y asesinan

El presidente filipino denunció que los rebeldes comunistas asesinan, violan, extorsionar e incendian.

Recordó a los insurgentes, que luchan por nada, pues incluso hasta China y Rusia se abrieron al capitalismo.

Recalcó a sus fuerzas armadas que «se olviden de los Derechos Humanos» y cumplir con su orden de liquidar a los guerrilleros comunistas.

Tendrán trabajo y casa si dejan las armas; pero si no…

Duterte prometió públicamente a los rebeldes que tendrán trabajo y casa si entregan sus armas, pero si no lo hacen… los matarán a todos.

La única concesión para con los guerrilleros, fue que cuando sean eliminados por sus tropas o por la policía filipina, sus cadáveres serán entregados a sus respectivas familias.

Como ya se sabe, desde finales de 2017, el gobierno de Duterte dio por terminadas las negociaciones con el ala política de los guerrilleros comunistas, el Frente Nacional Democrático.

Esta decisión unilateral, según Duterte, se debió a los ataques armados contra militares y civiles por parte de los rebeldes.