Prigozhin, el chef que le da dolor de panza a Putin

470
Con su rebelión, Prigozhin le dio un revulsivo político a su amo Putin

Cristian Antonio Cooz.-Yevgeny Prigozhin y Vladimir Putin eran tan “amigos” (si un dictador voraz los tiene) que el amo del Kremlin lo hizo millonario y dueño de una cadena de restaurantes, por lo que llegó a ser llamado el Chef de Putin; luego de fundar una empresa de seguridad privada entre sus tantos “emprendimientos” y liquidar sin piedad a los enemigos del régimen, derivó a ser líder de la nefasta compañía de mercenarios conocida como Wagner…pero ya no es el chef que preparaba ricos, carísimos y exclusivos platos a su amo ruso, ahora Prigozhin, con su amotinamiento, se ha convertido en  el peor dolor de panza para Putin, casi a la par que la malograda y revulsiva invasión de Ucrania.

Algunos expertos occidentales opinaron que la sublevación de Prigozhin, quien la semana pasada marchó hacia el mismísimo Kremlin en Moscú, fue solo un montaje para desviar la atención de lo que pasa en Ucrania, pero no. La mayoría cree que era algo real.

Aunque al final Prigozhin dio media vuelta con sus tropas Wagner, (para ir a Bielorrusia o seguir luchando en Ucrania o invadir la luna), es cierto que su amotinamiento dejó muy mal parado a Putin tanto dentro, como fuera de Rusia.

Revulsiva rebelión y el rey desnudo

Putin quedó desnudo en su debilidad, porque aunque apareció en la TV estatal el pasado 24 de junio de 2023, diciendo entre otras cosas con pretendida voz staliana que “Todos los que prepararon la rebelión sufrirán un castigo inevitable”, sin atreverse si quiera a nombrar a Prigozhin (quien lo ha criticado ferozmente) su ejército no atacó a las tropas de su ex chef, que se pasearon tranquilamente por Rostov y tomaron el cuartel general del ejército ruso “sin un solo disparo” como dijo el mismo jefe Wagner.

Putin fue humillado, se exhibió pusilánime y débil, en contraste con lo supremamente arrogante y envalentonado que era antes y durante su invasión a Ucrania. Tuvo que hacer concesiones al funesto Prigozhin para no ir a una guerra civil que quizás terminaría con que fuera defenestrado del poder que tanto ama.

Aunque entre esas concesiones el dictador ruso prometió “inmunidad” para Prigozhin (su monstruo de Frankenstein), todos saben que para Putin y su espíritu stalinista, no existe el olvido ni el perdón, solo existe el odio y la venganza.

Así que, de ahora en adelante, Prigozhin, el dolor de panza de Putin, no estará seguro en Ucrania, ni en Bielorrusia, ni en occidente (con quienes podría negociar) y ¡mucho menos en Rusia! En cualquier momento, Putin esperará y ordenará liquidarlo por haberlo hecho quedar en ridículo a nivel mundial y por provocarle su ex chef esos horrorosos calambres estomacales con su revulsiva rebelión.