¡Rostros de una tragedia! Mónica Azócar y sus cartas por los mineros intoxicados de Polimetales en Arica

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Mónica Azócar (recuadro inf der) lucha por los mineros intoxicados de Arica

por: Cristian Antonio Cooz. – Para Mónica Azócar Siles, exdirigente de los trabajadores de la empresa Procesadora Metalúrgica Ltda Promel , los primeros afectados directamente por los Polimetales contaminantes que esta compañía minera (en conjunción con la poderosa Bolidden Metall de Suecia) vertió en Arica, Chile, en los años 80 del siglo XX, son más que frías estadísticas; son historias de seres humanos, son rostros de la tragedia que nunca han sido compensados ni reconocidos como se merecen; son los mineros intoxicados.

Mónica Azócar, quién es profesora, psicopedagoga, mediadora familiar, constituida en comunicación y políticas públicas, también fue dirigente de los exmineros de Promel por nueve años, la lucha por estos «rostros de la tragedia» ha sido dura, y durante la mayor parte de ella ha utilizado sus misivas descarnadas, partiendo del dicho históricamente consensuado de que la pluma es más poderosa que la espada.

Muchas de las cartas de Mónica Azócar fueron enviadas a distintos entes (gubernamentales y privados), basadas en argumentos sólidos, verdaderos y razonables, tratando de conseguir que a quien correspondiera, pudiera resarcir el daño mortal a los mineros intoxicados y acabar con el problema que en pleno siglo XXI, todavía aqueja a Arica desde que los Polimetales fueron vertidos por Promel y Bolidden Metall en esta tierra del norte de Chile hace más de cuatro décadas.

El tóxico asunto, como el plomo que destruyó Roma

Algunas de las cartas de Azócar,  fueron enviadas para lograr que los trabajadores fueran insertos en la ley de los polimetales como ella misma explica: «Como presidenta de la agrupación tuve que realizar muchas gestiones con diputados y senadores para lograr finalmente que se hiciera un anexo a la ley y los extrabajadores de Promel,  trabajadores portuarios y del ferrocarril de Arica La Paz fueran insertos en esta ley».

Relata Mónica Azócar, que siendo Presidenta de la agrupación de extrabajadores de Promel, ha querido siempre hacer ver el sufrimiento que padecen los mineros intoxicados junto a sus familias.

Destaca que basadas en sus cartas y el clamor de los ariqueños, luego de 2010, Canal 13 realizó un objetivo reportaje que incluyó entrevistas a las familias contaminadas por plomo y que eso originó que el gobierno nacional tomara cartas en el tóxico asunto.

Pero en ese reportaje “faltó  la otra cara de la moneda. Me refiero a los protagonistas directos de esta tóxica historia; los mineros intoxicados de Promel, quienes estuvieron en contacto directo con estos  elementos  letales”.

Muchos, como Azócar, alertan sobre la poderosa toxicidad de los polimetales y sus graves consecuencias en la población. Tan solo en el caso del plomo, se destaca como hecho histórico que fue este material responsable en gran medida del envenenamiento masivo de la población y de la caída del Imperio Romano, entre otras causas. Expertos revelaron que este metal tan popular en Roma antigua, fue responsable de pérdida de memoria a corto plazo, falta de coordinación, insomnio, depresión, fatiga, dolores de cabeza, impedimentos en el habla y partos prematuros, entre otras afecciones desconocidas. Pasan los siglos, pero el plomo sigue siendo tan peligroso para las poblaciones humanas.

Comparado con los mineros atrapados en 2010

Tanto en esa época, como ahora, Mónica Azócar comparó y compara el ampliamente conocido drama de los mineros atrapados en agosto de 2010 en la mina San José, a 30km de Copiapó, con el drama de los mineros de Arica y su mortal lucha contra los polimetales de Promel y Bolidden Metall.

“El sufrimiento de los mineros intoxicados de Arica es comparable con el sufrimiento de los mineros atrapados bajo tierra, con la diferencia que éstos contaron con apoyo del gobierno y de todo Chile (…) ellos, gracias a Dios salieron con vida, con indemnización y trabajo, en cambio los ex trabajadores de Promel, se encuentran enfermos en su mayoría, otros han fallecido esperando que se cumpla con la Ley 16744, de accidentes laborales y enfermedades profesionales. No son considerados, muchos de ellos viven en condiciones precarias, ya que no pueden trabajar”, dijo Azócar.

Precaria vida de los mineros de Promel y sitios de acopio de los tóxicos

“He mostrado material para que se den cuenta cómo eran los atuendos de trabajo de los mineros intoxicados, sin ningún implemento de protección. En nuestra agrupación pueden dar testimonio de todos los lugares en los cuales se depositaron los acopios de plomo, arsénico  y otros. El topógrafo  que  realizó los planos de esta planta los puso a nuestra disposición (…) contamos con muchos testimonios de trabajadores que en plena faena se reventaban en sangre, algunos con desmayos, infartos y otros con enfermedades desconocidas”.

En las cartas que Mónica Azócar ha remitido, detalla con estremecedor detalle, que “ellos (los mineros intoxicados) transportaban mineral desde Choqulimpe hasta la Planta de Arica. Se quedaban entre 10 a 15 días dentro de la mina allí cocinaban con aguas que corrían de un canal que venía desde las minas, las cuales estaban contaminadas con Químicos, la respuesta de los dueños a estas inquietudes de los trabajadores era que “NO” estaban contaminadas. La mutual realizaba exámenes de los cuales nunca se dieron los resultados, dónde quedaron éstos, nadie lo sabe”.

Destacó la descorazonada Mónica Azócar que “hablamos con los Senadores, con los Diputados, pero solo hay inútiles palabras de consuelo. En una oportunidad se realizó una reunión para informar que todos serian atendidos a través de la ley 16744, pero ha transcurrido el tiempo y las Mutuales no dan respuesta de los lineamientos a seguir; quizás ocurra igual que los pobladores”.

Gobierno realizó traslados, pero el problema persiste

Recalcó que estas familias afectadas en varios conjuntos residenciales Serviu (Servicio de Vivienda y Urbanización) entre los años 80 y 90 del siglo XX, recibieron en su oportunidad “al Presidente Sebastián Piñera, quien se comprometió a realizar el traslado de familias a nuevas viviendas y a otorgar atención médica. Pero el drama de Arica parece no terminar, dado que estudios muestran una realidad alarmante que pone en riesgo la salud y la economía de los habitantes del Valle de Azapa y otras zonas de Arica”, puntualizó Azócar.

“Todos saben que la empresa manera sueca Bolidden Metall por medio de la chilena Promel, dejó abandonados más de un millón de toneladas de desechos tóxicos en Copaquilla. Las muestras tomadas arrojan que los niveles de metales pesados son alarmantes. El problema de salud pública todavía persiste. Según los estudios del profesor Andrei Tchernitchin, especialista en metales pesados del Cenma, hay la cifra de 1 millón de toneladas de Plomo, arsénico y otros contaminantes en sitios como Copaquilla y la quebrada de San José donde las muestras indican que la presencia de polimetales es superior a la norma”, recordó Azócar.

Peligran las napas subterráneas

Bajando por la quebrada hacia el río San José, que alimenta el Valle de Azapa, “la norma se supera en 40 veces para arsénico y más del doble para plomo. En el agua hay más de 100 microgramos de arsénico por litro, 10 veces la norma; y más cerca de Arica, la cifra es mayor”, recalcó además que “especialistas temen que las napas subterráneas puedan contaminarse y por eso urge retirar los desechos tóxicos de donde se encuentran”.

Puntualizó que los mineros intoxicados, como sobrevivientes extrabajadores de Promel que son, necesitan ayuda, pues padecen diversas patologías. Algunos de ellos ya fallecieron a causa de que Promel permitió el trabajo con elementos letales sin la debida protección.

Mónica Azócar destacó para finalizar que “el arsénico y el plomo son devastadores para la salud. Pueden producir cáncer. Daño cardiaco, neurológico, agresividad y afectar el feto en la gestación. El estudio ya está en manos de la PDI, la Fiscalía y los Tribunales, a la espera de que no pasen otros 20 años para hacer algo al respecto que termine con el drama de los tóxicos polimetales vertidos por Promel y Bolidden Metall y que destruyó la vida de los mineros intoxicados y sigue siendo una amenaza latente para toda Arica”.