Rusia quiere que Venezuela hunda un portaaviones norteamericano

2469
Misil RIM 7P lanzado desde el Portaaviones Uss Abraham Lincoln CVN 72

Cristian Antonio Cooz.-Pese a las pruebas en polígono, ejercicios militares y en simuladores, el potencial de toda arma nueva debe ser probado en el campo de batalla real para saber si  es lo que se esperaba. Es el caso de los famosos y cacareados misiles “asesinos de portaaviones” con los que Rusia quiere que Venezuela hunda un portaaviones norteamericano.

Ahora bien, Rusia ha organizado una feroz campaña publicitaria  encabezada por el propio presidente Putin, para decir al mundo que posee nuevas armas «milagrosas», incluido misiles hipersónicos apodados «asesinos de portaaviones».

En comunidad de espionaje internacional, se cree que estos son «misiles fake». Es decir, que Rusia no pudo disponer del dinero ni de la tecnología para crear un misil de velocidad imparable, que vuela en manada, rosa las olas, invisible a los radares inmune a la interferencia electrónica y a cualquier antimisil que quiera derribarlo debido a su velocidad, y que de paso, hundiría su objetivo en movimiento con tan solo una pequeña cabeza explosiva.

¿Exageran los rusos?

 

¿Exageran los rusos o ni ellos mismos conocen las capacidades de sus nuevos misiles? Quizás ni ellos mismos lo saben. Es por eso que los “osos” del Kremlin, quiere probar el misil hipersónico Tzircón y los demás misiles “asesinos de portaaviones” menos veloces como el sistema Klibr, Onix P800 y Granite P700, y ya tiene quien lo haga.

El gobierno chavista de Venezuela podría haberse ofrecido para disparar los “asesinos de portaaviones ”contra la hipotética amenaza de los portaaviones estadounidenses y su grupo de batalla, de desencadenarse la anunciada invasión.
Se cree que los rusos sí proporcionaron los misiles al gobierno de Nicolás Maduro, pero no el más avanzado hipersónico Tzircón, pues de no utilizarlos bien, o de simplemente ser derribados por el sistema Aegis (escudo de los dioses) de EE.UU, lo que se hundiría, sería el prestigio ruso. Harían el ridículo a escala planetaria, lo que no le gustaría al zar Vladimir Putin. Rusia quiere que Venezuela hunda un portaaviones norteamericano.

Pero, si de verdad el Tzircon hunde un portaaviones, habría una crisis militar y política sin precedentes en EE.UU. Por eso, el Tzircon podría no ser una opción para entregar a Caracas, aunado a que ya Maduro le debe demasiado dinero a los rusos. Moscú tendría que probar su misil “milagroso” en otro escenario bélico.
Sin embargo, los otros misiles asesinos de portaaviones menos avanzados pero  (onix, calibr, granite y h31), su son una verdadera opción de los rusos para que la Armada Bolivariana intente hacer daño a la flota norteamericana.

Los agentes aliados infiltrados en el aparato militar- industrial ruso, han dado la alarma: ya Rusia entregó los misiles Kalibr, Onix y Granite a Caracas. Contando con que ya Venezuela posee los misiles KH31 (Kripton en terminología de la OTAN), y con todos estos, funcionando al mismo tiempo, Moscú espera que la armada bolivariana desate su tormenta de misiles sobre la flota norteamericana de producirse una invasión. Quieren que Venezuela eche a la batalla todos sus aviones y todos sus jaurías de misiles, sin importar si les quedan reservas o no.

Al parecer, la fuerza aérea venezolana y la armada bolivariana, tienen muy bien escondidos los misiles “asesinos de portaaviones” (Kalibr, Onix, granite e incluso BrahMos indúes con tecnología rusa), pero solo hizo un ensayo de tiro con el misil Kh31 el pasado mes de enero de 2019 en el marco de los ejercicios “Bicentenario de Angostura”. En el video de la armada bolivariana, no se muestra si el misil antibuque dio en el blanco o si hundió algo.

Lo que si es cierto es Venezuela tiene unos 70 misiles KH31 vendidos por Rusia y aunque este no es el más moderno, es un peligro mortal para cualquier flota. Tiene un alcance de 100 km, una velocidad de mach 3.5 y lanzados masivamente, conjuntamente con los misiles ónix P800, granite P700 y Kalibr, podrían ser una pesadilla de fuego y acero para la flota norteamericana. Algo nunca visto desde la segunda guerra mundial. Maduro quiere complacer al zar Vladimir Putin, porque Rusia quiere que Venezuela hunda un portaaviones norteamericano.

El escenario sería el de un ejército débil golpeando una poderosa flota de portaaviones con una tormenta de misiles !Algo sin precedentes! Venezuela igual sería invadida, pero Rusia saldría ganando. Como Pilatos, se lavaría las manos. Alegaría que solo suministraron los misiles, como hicieron los franceses al vender a los argentinos los Exocet en la guerra de las Malvinas y con los que tanto daño hicieron a la armada británica.
¿La amenaza es real? La respuesta es, sí. EE.UU se vería obligada a replantearse el uso de grandes y valiosos portaaviones cuando en la era de los «misiles asesinos de portaaviones», una armada más débil y pobre, puede darse el lujo de hundir grandes buques con una cantidad determinada de misiles relativamente baratos y que pueden ser lanzados hasta de casi cualquier plataforma aérea, naval o terrestre.
En la Segunda Guerra Mundial construyó de 1941 a 1945, decenas de portaaviones (entre grandes buques y de escolta o ligeros), y si los japoneses le hundían uno o dos, no era el fin del mundo pese a las dolorosas pérdidas humanas y materiales. Hay quienes creen que la doctrina naval actual de grandes portaaviones tipo Nimitz, debe dar paso a portaaviones más ligeros, más numerosos y baratos, con menos aviones, pero capaces de enfrentar la nueva y real amenaza del siglo XXI como lo son las jaurías de misiles “asesinos de portaaviones”. Pues es cierto que pasará mucho tiempo antes que el portaaviones desaparezca como le pasó al acorazado que dejó de ser el Capital Ship de las armadas del mundo para ser reemplazado por este, pues las potencias necesitarán seguir proyectando su poder aéreo, al menos hasta que se desarrollen aeronaves de aterrizaje y despegue vertical y de autonomía de vuelo ilimitada.

La invasión de Venezuela

Ahora bien, una cosa es lo que espera Rusia del uso que le den los chavistas a los misiles que les suministraron y otra muy diferente, lo que podría ocurrir. Es verdad que la amenaza de los nuevos misiles antibuque ( Kalibr, Onix, granite, BrahMos y KH31) es verdadera, pero la flota de EE.UU es un ente potente y profesional y no va a esperar ser golpeada.

No permitirán que los venezolanos intenten emular la hazaña de los argentinos ante la flota británica en 1982, así que, aunque sabiendo que muchos de los aviones chavistas Sukhoi SU-30MK2 no pueden despegar por ser afectados también por el desmadre generalizado y corrupto que ha asolado al país suramericano, pero suponiendo que estén en condiciones de combatir, serán destruidos en el suelo, pese a que los satélites rusos les señalen la posición de la flota en el mar internacional.

Con la información proporcionada por los aviones de detección temprana norteamericanos y por los satélites, sin previo aviso, los misiles de crucero de la flota encabezada por el portaaviones CVN72 Abraham Lincoln, destruirían las pistas, primero, instalaciones y aviones en las bases aéreas como Maracay, Caracas y Barcelona.

Las defensas aéreas que utilizan los muy capaces sistemas rusos autopropulsados  S-300 con alcance de 200km y detección hasta de aviones “invisibles”, serían obligados a descubrir su posición usando drones armados como señuelos. Luego, serían bombardeados por misiles antirradar de largo alcance. Un golpe de mano al mejor estilo de los israelitas al inicio de la guerra de los 6 días en 1967.

Dicen que por Calais, pero será en Normandía

Con esta contundencia, EE.UU se haría con la superioridad aérea total. Lo demás, podrían ser combates intermitentes tanque por tanque, o entre unidades militares dispuestas a entregar su vida por Maduro.

Según fuentes militares norteamericanas que conservan el anonimato, el Pentágono ha diseñado el plan de operaciones sin grandes engaños. Aunque el dicho reza, “dicen que la invasión será por Calais, pero el desembarco será en Normandía”, la invasión de Venezuela podría decirse que será en Calais, y por ahí será.

El único elemento predominante será el secreto del día y la hora en que se hará. Como la Fuerza Aérea Bolivariana no puede tener patrullas permanentes sobre el Caribe sobre ni la frontera con Colombia, se es esperará que todos sus aviones estén en tierra para destruirlo y que ninguno pueda lanzar un misil contra un portaaviones norteamericano ni mucho menos llegar a divisar a la flota ni aun en sus radares.

De salvarse algún avión Sukhoi o F16 Fighting Falcon venezolano, se encontrarían con la potencia aérea de los aviones F35C Lightning o F22 raptor. Pero incluso, es poco probable que se enfrenten en combate, pues con la moral deteriorada, es posible que se pasen al enemigo, según indican los analistas militares europeos.Aunque Rusia quiere que Venezuela hunda un portaaviones norteamericano, así culminaría la hipotética batalla de Venezuela.