Tropas rusas perpetraron atrocidades de pesadilla entre los pueblos de “Sueño” y “Cariño” en Ucrania

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Tropas rusas perpetraron crímenes horrendos al norte de Kiev
Ksjena y Maksim Iowenko fueron asesinados sin piedad por las tropas del «carnicero» Putin

Cristian Antonio Cooz.-El cadáver calcinado, quedó con la boca grotescamente abierta en lo que fue su último y desgarrador grito de dolor. La mujer fue incinerada en el asiento del copiloto del vehículo civil que conducía su esposo. A su marido, que había bajado con las manos arriba para dialogar con las tropas rusas que habían estado asediando la capital de Ucrania, lo acribillaron a tiros sin piedad mientras gritaba que en el vehículo estaba su pequeño hijo.

Esta espantosa escena fue grabada por un dron de vigilancia de la unidad territorial Bugatti en un tramo de unos 200 metros de la carretera E-40 que unía las aldeas de Mria y Mila (Sueño y Cariño en ucraniano).

Dicha carretera a las afueras de Kiev, estaba sembrada de cadáveres que los rusos dejaron tras de sí al marcharse derrotados por la valentía y la resistencia del pueblo de Ucrania. Un periodista de la BBC que visitó el sitio tras apenas 10 horas de haber sido retomado por las tropas de Ucrania, informó sobre estas atrocidades.

Este corresponsal de guerra de la BBC Jeremy Bowen, caminó entre ruinas humeantes, palpando la desolación y viendo de frente el rostro de la muerte, el rostro de la maldad humana en su máxima expresión.

La triste historia de Ksjena y Maksim Iowenko 

Entre tantos cadáveres de civiles indefensos, este periodista destacó la historia de la pareja del vehículo referido. El carro yacía en la carretera quemado y con múltiples agujeros de bala. Era triste y a la vez escalofriante.

Las autoridades de Ucrania identificaron a la pareja como Ksjena y Maksim Iowenko. El aciago día de su muerte, formaban parte de una caravana de vehículos civiles que huía de las tropas rusas hacia Kiev.

Ese 7 de marzo, en ese tramo de carretera, se toparon con las tripulaciones de dos tanques rusos y varios vehículos blindados de transporte de personal emplazados en ese punto fijo.

Al ver a los rusos, el resto de los carros de la caravana dio media vuelta y huyó, pero al parecer, el señor Maksim Iowenko quiso dialogar con los rusos para que les dejaran pasar, quiso apelar a la humanidad de estos, sin saber que específicamente con los monstruos que se topó, no había diálogo racional alguno.

Maksim Iowenko fue acribillado mientras que con las manos arriba, gritaba que su hijito de 6 años, su esposa y unja anciana estaba en el automóvil. Acto seguido, los soldados de Putin, atacaron el auto. Afortunadamente, antes la anciana y el niño lograron salir antes y fueron hechos prisioneros de guerra por las tropas rusas. Luego serían liberados y dejados marchar a pie hasta Kiev, donde fueron auxiliados por las tropas de Ucrania.

En la zona, se observaron también muchos cadáveres con neumáticos encima, lo que evidencia el hecho de que las tripulaciones de los tanques rusos trataron de quemar los cuerpos para borrar las pruebas de lo que evidentemente es un crimen de guerra.

Uno de los tanques rusos fue destruido, el otro huyó

Los dos tanques rusos permanecieron ahí, varios días después de la masacre de civiles, entre los que estaban Ksjena y Maksim Iowenko. Pero luego, las tropas de Ucrania recuperaron el terreno. Uno de los tanques fue destruido con un arma antitanque, así como varios blindados de transporte de personal y sus tripulantes, que pagaron así por la monstruosidad cometida contra civiles indefensos.

El otro tanque y sus tripulantes huyó del sitio ahora recuperado por Ucrania. Tras de sí dejaron la evidencia de los crímenes de guerra. Estas evidencias preservadas en foto y video, han sido recopiladas por el periodista de la BBC y en viada a Londres, que posteriormente la presentará ante Corte Penal Internacional contra Crímenes de Guerra.

La suerte de Ksjena y Maksim Iowenko, como la de al menos otras 13 personas que fueron asesinadas a manos de las tripulaciones de tanques rusos, son la evidencia de la brutalidad con la que algunas de las tropas de Putin perpetraron atrocidades de pesadilla entre los pueblos de “Sueño” y “Cariño” en Ucrania.