Capitán de la GNB mató a su   esposa y quiso hacerlo pasar como un suicidio: «esta loca se pegó un tiro»

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Cristian Antonio Cooz. -«Esta loca se pegó un tiro», dijo una y otra vez con irrespeto, sangre fría y descaro un capitán de la GNB en varias videollamadas realizadas a los familiares de su esposa, a quienes les mostró el cuerpo inerte de ella, boca abajo, yaciente sobre un charco de sangre en el piso de la cocina de su apartamento ubicado en Residencias Simón Bolívar en Ciudad Tiuna, Caracas.

Fue como a las 11:00am del día  feriado lunes 19 de abril, que el capitán de la Guardia Nacional identificado como Darío Montaño, también llamó a las autoridades e insistía en que su esposa Himarian Saray Castillo Guzmán (25) había cometido suicidio.

Al apartamento 8-F de la Torre B-6, sitio de la espantosa tragedia, llegaron sus compañeros de armas adscritos al ZODI- Caracas 41, quienes escucharon incrédulos la psicópata explicación del capitán Montaño (adscrito a la Dirección de Tecnología y Comunicación de la GNB) y su versión inverosímil del supuesto suicidio.

2 tiros por la espalda

El macabro e increíble cuento del suicidio era imposible de creer. La víctima tenía 2 tiros por la espalda, uno de ellos en la nuca, por lo que resultaba imposible que se los hubiera auto infligido.

Los militares se limitaron a levantar un informe y llevarse el arma Pietro Beretta F-92, serial J61082Z del capitán de la GNB, luego pasaron el caso a la Policía Científica.

Al apartamento arribaron llenos de pánico el hermano de la víctima y Karen Anselmi, la esposa de este y cuñada de la víctima.

Ambos vieron con terror el cadáver de Himarian, sin poder reprimir las lágrimas y el infinito dolor que sentían.

El capitán de la GNB insistía en que «Esta loca se pegó un tiro», mientras se esforzaba en llorar y hacer ademanes de sufrimiento.

Los niños estaban en la habitación

Estupefactos, el hermano de Himarian y su esposa supieron que los hijos de la víctima con el capitán de la GNB (una niña de 6 y un varón de 4 años), estaban encerrados en su habitación cuando ocurrió todo y que ahora estaban bajo custodia policial.

El hermano de Himarian, conociendo la turbulenta historia de violencia doméstica por parte del capitán contra su hermana Himarian, tampoco se comió el cuento del suicidio, pero no comprendía nada y no tenía pruebas.

Habló con sus sobrinos y al parecer, estos solo le dijeron que mamá y papá discutían. Luego escucharon los disparos y ya «mamá no habló más».

Cicpc detectó de una, que fue un posible asesinato

Al llegar los funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), no se anduvieron con cuentos. De una supieron que era un presunto asesinato pues todas las evidencias y pruebas así lo señalaban.

La víctima tenía dos tiros en la parte posterior de su cuerpo. Como ya se dijo, uno de ellos en la nuca. Al parecer esta bala fue la que salió por el cuello y se alojó en el techo del departamento.

Aparte de ser imposible que ella misma se metiera, no uno, sino dos tiros por la espalda, ya el cuento del capitán de la GNB no se sostenía.

Aparte que la experticia balística podría arrojar que en efecto esa bala encontrada, salió de la pistola de reglamentó Pietro Beretta del capitán. Este fue detenido en el acto como presunto asesino de su esposa.

Un cuento de horror

Fuentes familiares de la víctima, indican que la pareja se conoció hacía 7 años en Mariara, Estado Carabobo cuando Himarian Saray Castillo tenía como 18 años.

Desgraciadamente lo que ella pensó sería un cuento de hadas al lado de su príncipe, de su capitán de la GNB, se convirtió en un cuento, pero de horror.

Se casaron y tuvieron dos hijos. Pero ella lo dejó a Montaño cuando su hijito mayor cumplió 6 años, porque presuntamente el capitán era extremadamente celoso y violento.

Viviendo en Caracas, el militar supuestamente la insultaba y la golpeaba sin piedad. Fue por tal motivo, ella se cansó de tanto maltrato y regresó con su familia a Carabobo.

Himarian iba a Caracas de vez en cuando y se quedaba en el apartamento para que Montaño viera a sus hijos. Eso era lo que estaba haciendo el pasado lunes cuando consiguió la muerte.

Karen Anselmi, la cuñada de la víctima, dijo que Himarian estaba desde el domingo 18 de abril en ese apartamento porque el capitán Montaño fue a buscarla a Mariara, pero que no estaba segura si fue por voluntad propia, u obligada por el militar.

Lo cierto es que la familia de Himarian tenía miedo de que ella fuera con sus hijos a Caracas, porque él militar la golpeaba y la sometía a maltrato físico y psicológico.

Se conoció que el capitán Montaño será acusado por la Fiscalía por el brutal homicidio de su esposa.

Así termina la enfermiza relación de celos, golpes e insultos. Lastimosamente con Himarian en la tumba, el capitán Montaño preso (con su vida y su carrera destrozada) y para peor… los dos pequeños hijos de ambos, huérfanos por culpa de la locura y la violencia de su padre.